miércoles, 25 de enero de 2012

Despidiéndonos de las faltas de ortografía I


En entradas anteriores Escribir bien para triunfar con tu blog, ¿Cómo afrontar la tarea de escribir? y Redactar para que te lean, hemos concluido que las faltas de ortografía deben desaparecer de nuestros textos si queremos tener éxito con nuestros blogs. Ahora bien, ¿cómo empezar si hace años que cometes los mismos fallos y no recuerdas apenas nada de lo que aprendiste en la escuela?, ¿si dudas demasiado sobre cómo se escribe más de una palabra? Voy a tratar de ayudarte, ¿me lo permites? 



Se me ocurre un plan. Una vez a la semana voy a publicar una entrada que recopilará cinco fallos comunes (uno por cada día laborable) que suelo detectar en muchos textos. Lo voy a hacer de esta forma para que cada uno elija si quiere enfrentarse a ellos de una vez o dedicarse a tema por día, evitando el riesgo de abarcar mucho sin asimilar convenientemente lo aprendido. Además, iré publicando otras entradas con más temas extras, así como siempre tendrás mi página de facebook para ver pequeñas píldoras que cuelgo casi a diario. ¿Qué te parece el plan?

¡Empecemos!

1) Es muy importante comenzar repasando las reglas básicas de acentuación.
  • Llevan tilde todas las palabras agudas que terminan en vocal o consonante n o s. Corazón, alhelí, parchís y bonsái se acentúan, mientras que no lo hacen tambor, candil o decorar. Si terminan en s precedida de otra consonante, se escriben sin tilde: zigzags, robots, tictacs. La  y se considera consonante a efectos de acentuación, por lo que palabras como guirigay o virrey no llevan tilde.  
  • Todas las palabras llanas se acentúan cuando no terminan en vocal ni en n o s. Así, llevan tilde árbol, trébol o ángel, pero no sangre, tuyo o ambos.  También se acentúan las que terminan en s precedida de consonante, como bíceps o cómics, o cuando terminan en y.
  • Por último, se acentúan todas las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas: farmacéutico, fantástica, maléfico...
  • Los monosílabos no se acentúan.

2) Continuando con la acentuación, es muy importante aprender a distinguir hiatos y diptongos, así como conocer las reglas por las que se rigen. Puedes encontrar información al respecto en la entrada Acentuación de diptongos, hiatos y triptongos.


3) Detrás de los signos de interrogación y exclamación se puede colocar cualquier signo de puntuación excepto el punto. La razón es que los signos de cierre equivalen a un punto, por lo que la oración siguiente ha de comenzar con mayúscula .  «¿Por qué se marchó María sin avisar?.» es incorrecto. «¿Por qué siempre vas con prisas?, ¿por qué no te sientas a charlar  tranquilamente? Porque tengo demasiada  tarea.» es correcto.


4) Es importante que sepas cuándo usar qué o que con o sin acento, al igual que otros pronombres o adverbios interrogativos y exclamativos. Para ayudarte con esto tienes una entrada más extensa, titulada Acentuación de pronombres y adverbios exclamativos e interrogativos.


5) Los paréntesis, rayas y corchetes se escriben pegados a la primera y a la última palabra del periodo que encierran y separados de lo que queda fuera por un espacio, salvo que lo que aparezca a continuación sea un signo de puntuación, caso en el que se escribe junto. Si no tienes muy claro cuándo se usa cada uno de estos signos, puedes consultar Incisos o aclaraciones en el enunciado (paréntesis, rayas, comas...).



Safe Creative #1201250969324 ¿Qué te ha parecido esta entrada? ¿La consideras demasiado extensa? ¿Preferirías otro formato? Recuerda que este blog se hace para los lectores y todas las opiniones son imprescindibles para mejorar. ¡Muchas gracias por seguirme!

Agradecimiento a Fotero por la foto, compartida bajo licencia Creative Common http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/deed.es

lunes, 23 de enero de 2012

Redactar para que te lean


Quien escribe en un blog puede hacerlo por muchas razones: porque le encanta compartir conocimientos sobre los temas que mejor domina; porque le sirve para aprender más y soltarse; por entretenimiento..., pero lo normal es que, además, quiera que sus entradas se lean. Sin embargo, esto no siempre es fácil: hay que tener mucha paciencia, dedicarle bastante tiempo, trabajar con ahínco... hasta que poco a poco comienzan a llegar las visitas, los seguidores, los comentarios, y nuesto blog ¡cobra vida!

Existen multitud de blogs que ofrecen consejos para lograr este objetivo; a mí personalmente me gustan mucho los de Frank Scipion, Ingresos al cuadrado  y  Borja Prieto Desencadenando. Os  dejo en buenas manos, por lo que yo me voy a centrar únicamente en el tema de la redacción, y lo voy a hacer deteniéndome en una serie de principios que considero básicos y fundamentales.

Brevedad. Si puedes decir lo mismo, con menos palabras, ¡resume! El tiempo escasea para casi todos y si un lector encuentra textos enrevesados, con repeticiones constantes, demasiado extenso..., probablemente lo abandonará. Por ello es imprescindible leer el texto  varias veces antes de publicarlo, eliminar todo lo accesorio y asegurarse de que no falta ni sobra nada. Ya decía Anton Chejov que El arte de escribir consiste en decir mucho con pocas palabras.





Claridad. Tu estilo de redacción ha de ser claro: evita perífrasis, circunloquios, florituras, tecnicismos... ¡simplifica! En la actualidad estamos tan bombardeados de información que sentimos rechazo por aquello que nos parece complicado a simple vista. Presenta tu texto de manera sencilla y ganarás más de un lector.

Orden. Se dice que en internet muchos usuarios no leen, sino escanean (examinar rápidamente y repasar con la vista) los textos. Intenta ordenar tus ideas en bloques independientes, preferiblemente cortos. También es muy aconsejable seguir la regla de la “pirámide invertida”: organiza tu entrada aportando la información  de mayor a menor importancia. Con estas sugerencias conseguirás que si alguien no le dedica el tiempo suficiente a leer tu entrada, pueda al menos quedarse con las claves fundamentales y decidir si le merece o no la pena suscribirse o hacerse seguidor de tu blog. ¡Hay mucho en juego!

Naturalidad. Este punto también lo traté en mi anterior entrada, ¿Cómo afrontar la tarea de escribir?  Aunque Oscar Wilde dijera que Ser natural es la más difícil de las poses, es fundamental que seas tú mismo, no trates de imitar a nadie, ni cambiar tu forma de ser. El mejor estilo es el tuyo propio.

Corrección. De esto ya hemos hablado en entradas anteriores: si quieres conseguir éxito con tu blog has de trabajar por desterrar al máximo las faltas de ortografía. Yo estaré aquí para apoyarte en este duro camino, publicaré en próximas entradas algunas reglas para atajar las más básicas, quiero  ofrecerte recursos, estar a tu lado... ¡Déjame ayudarte!

Empatía. Si no solo escribes para ti, sino que intentas crear una comunidad en torno a un tema y ayudar a tus lectores, trata de pensar en ellos y empatizar. ¿Qué crees que prefieren leer? ¿Con qué se sienten más identificados? Hazle preguntas e interactúa, fomenta la participación: no trates de sentar cátedra, sino facilitar  el intercambio de contenidos y el aprendizaje mutuo.

¿Estás de acuerdo con mis principios básicos para una escritura de calidad? ¿Crees que me he olvidado alguno? ¿Cuáles son las principales reglas que sigues en tu blog u otro tipo de escritos?

Mi agradecimiento por la foto a Iñaki Otsoa Etxeearría, de la galería de Flickr, bajo licencia de creative commons http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/deed.es 
Safe Creative #1201230959949 Licencia Creative Commons
Redactar para que te lean por Berta Carmona Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 Unported.
Basada en una obra en www.aporlasfaltas.blogspot.com.

jueves, 19 de enero de 2012

¿Cómo afrontar la tarea de escribir?

En una entrada anterior vimos la importancia de escribir bien para triunfar con nuestro blog. Hoy vamos a pasar directamente a la acción, veamos cómo afrontar ese momento que algunos tanto temen.

No me gusta dar consejos, prefiero el término “sugerencias”, y si las comparto hoy es porque todas han sido previamente probadas por mí, así como por algunas personas a las que he podido asesorar, y a todos ¡nos han funcionado! Eso sí, has de tener voluntad, constancia y mucha capacidad de trabajo (nadie dijo que fuera fácil). ¿Te animas?


Partimos de que  has reflexionado previamente  sobre qué temas dominas y qué quieres compartir con tus lectores, por lo que ya tienes claro de qué va a tratar tu blog. Ahora necesitas sentarte y organizar todo lo que sabes para que llegue a tus seguidores de la forma más clara y sencilla posible. ¡Empecemos!

1) Dedícale tiempo. Escribir es una tarea creativa y como tal, requiere bastante esfuerzo y trabajo. No pretendas construir un texto maravilloso en 15 minutos, a menos que seas un profesional excelente con muchos años de experiencia redactando, te hayas levantado en uno de tus mejores días y las musas hayan acudido a hacerte una visita. Si no te encuentras en este afortunado caso vas a necesitar dedicarle un tiempo suficiente a escribir, al menos una hora al día. ¿Te cuesta trabajo sacar tiempo para todos tus proyectos? Quizá te venga bien leer sobre técnicas de organización del tiempo, puedo recomendarte algunos blogs que yo consulto frecuentemente, como No te falta tiempo, El gachupas o El canasto.

2) Ponte metas. Algo que a mí siempre me funciona es marcarme objetivos: diarios, semanales y mensuales. Planifica cuántas entradas quieres publicar a la semana y comprométete con tu decisión. Es importante que lo hagas por escrito, ya que te costará más trabajo traicionar algo que has dejado plasmado en un papel.

3) Fórmate. Vivimos en un mundo de constantes cambios que nos obligan a aprender todos los días, por lo que tenemos que estar formándonos continuamente. Si cometes bastantes faltas de ortografía y la lengua nunca fue lo tuyo, te aconsejo que te comprometas a leer y repasar algunas reglas básicas. Si ya dominas esta base, sigue aprendiendo: suscríbete a páginas o blogs sobre el tema, hazte tu propio listado de recursos imprescindibles como la web de la Rae, Fundéu... También en este  blog publico frecuentemente entradas que pueden ayudarte, así como podrás encontrar diariamente píldoras más breves y sencillas en mi página de facebook.

4) Lee mucho, escribe mucho y tira mucho. Este fue un consejo de un escritor y excelente profesor de escritura creativa que tuve la oportunidad de conocer. No puedo estar más de acuerdo con él: leer es fundamental, porque cuando lo haces aprendes de otros estilos, mejoras  tu ortografía, consigues fuentes de inspiración...; escribir mucho es sin duda la mejor manera de adquirir la destreza necesaria; y tirar, será inevitablemente necesario. Mucho de lo que escribas no servirá para tu objetivo, pero recuerda que si no lo hubieras hecho tampoco hubieras alcanzado el resultado deseado.

5) Comienza. La mejor forma de vencer el miedo a la página en blanco es enfrentándote a él. Aunque sientas que estás bloqueado, ¡empieza! A veces nuestros temores se disuelven con la acción. Comienza a escribir, sin juzgarte, siéntete libre de equivocarte, no te pongas cortapisas, seguramente cuando lleves 10 o 15 minutos haciéndolo empezarás a sentirte más cómodo, más diestro y aunque tengas que acabar borrando parte de lo redactado, habrás conseguido vencer el bloqueo inicial.

6) Crea el hábito. Si te acostumbras a escribir a diario, aproximadamente a la misma hora del día (nadie mejor que tú para saber en qué momento eres más productivo), pronto habrás creado un hábito que te será fácil de mantener. De hecho, llegará un momento en que sientas la necesidad de hacerlo y llegues incluso a encontrarte mal si no consigues sacar el tiempo necesario. Si te ayuda, puedes crear un ritual: encender velas, poner música relajante o heavey metal (hay gustos para todo), comerte un bombón o tomarte una taza de té...; el objetivo es que llegues a sentirte cómodo y conozcas lo que necesitas para fomentar tu creatividad. Hay una teoría que sostiene que si haces algo durante 21 días, el 22 se habrá forjado un hábito.

7) Concéntrate. Ya hemos dicho anteriormente que escribir no es fácil, requiere un esfuerzo considerable y para ello has de elegir el momento más idóneo en el que puedas concentrarte y tengas el menor número de interrupciones. Desconecta internet, el whatsApp, cierra la puerta de tu despacho, apaga la radio si te distrae... Cuando conseguimos un correcto nivel de fluidez, cualquier distracción puede ser fatal, llegando a perder ideas que podían ser fundamentales y perjudicando seriamente la calidad final de nuestro trabajo.

8) Sé natural. No te esfuerces en escribir con un estilo que no es el tuyo, es preferible que potencies tus talentos. Si eres serio, redacta textos que lo sean; si eres conocido por tu sentido del humor, compártelo con tus lectores. No hay estilos perfectos, si quieres congeniar con tus lectores lo mejor es que seas  tú mismo, de lo contrario usarás un lenguaje demasiado artificial y correrás el riesgo de producir rechazo.

9) Evita el perfeccionismo. Intenta ser bueno en lo que haces, pero no perfecto. «Lo mejor es enemigo de lo bueno». Si buscas la perfección nunca harás nada por miedo a fallar: lánzate y, si te equivocas, aprende de tus errores y sigue... Si vas a compartir contenidos públicamente en un blog tendrás que aprender a ser humilde, ya que fallarás en más de una ocasión y tendrás que aceptar las críticas de tus lectores.

10) Reconoce tus bloqueos. Si después de haber intentando romper el bloqueo inicial  escribiendo entre 15 y 30 minutos no has conseguido nada decente, ¡para! Cuanto más escribas más fácil te será reconocer esos momentos por los que todos pasamos. Quizá has tenido un mal día, estás demasiado cansado, no has comido lo suficiente o simplemente no estás en lo que debes. Si te encuentras en esta situación déjalo para después o para mañana: haz un poco de ejercicio, cambia totalmente de actividad, trata de evadirte... A veces, un descanso a tiempo consigue aumentar notablemente tus índices de productividad.

Estas son las premisas fundamentales desde las que yo me enfrento a la ardua tarea de escribir. ¿Qué te parecen? ¿Sigues las mismas u otras parecidas? ¿Tienes un secreto infalible que quieras desvelarnos? Te animo a compartirlos con nosotros. ¡Muchas gracias!

En próximas entradas veremos consejos más concretos sobre el mejor estilo de redacción que podemos adoptar.

Foto de Anlopelope de la galería de Flickr, bajo licencia de creative commons http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/deed.es 

Safe Creative #1201190938909 Licencia Creative Commons
¿Cómo afrontar la tarea de escribir? se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported.
Basada en una obra en aporlasfaltas.blogspot.com.

miércoles, 18 de enero de 2012

Escribir bien para triunfar con tu blog

Marcos comenzó con su blog de cocina hace aproximadamente un año. Tiene un nombre de dominio excelente; ha conseguido un buen posicionamiento en los buscadores gracias a sus conocimientos sobre SEO; posee un gran bagaje y sobrada experiencia para convertirse en el líder de su nicho; aprende continuamente de los consejos de los blogueros más exitosos..., sin embargo, la escritura no es lo suyo.

Marcos es un ejemplo inventado, pero perfectamente podría ser real. Quizás tú estés en una situación parecida o simplemente estás comenzando con tu blog en estos momentos. El caso es que aunque le pongas mucha voluntad a lo que haces y tengas ganas de trabajar y esforzarte, si la lengua nunca fue tu asignatura favorita...; si arrastras faltas de ortografía básicas desde la infancia... tus escritos se verán seriamente perjudicados, dañando también la imagen de tu blog.

Pedro tiene una buena ortografía, pero el famoso miedo a la página en blanco se apodera de él cada vez que tiene que redactar una entrada. Es una lástima, porque Pedro posee unos fantásticos conocimientos sobre informática que podrían enriquecer a todos sus lectores, sin embargo no consigue escribir con fluidez, se siente torpe, se atasca a cada frase, ¡no logra soltarse!


Pedro también es solo un ejemplo, pero ¿te suena alguna realidad parecida? Probablemente sí, ya que esto de escribir no es tan fácil como se piensa, y no te engañes, es la tarea principal que tendrás que hacer en un blog. Lo positivo es que hay soluciones y si le pones empeño, si trabajas y te esfuerzas, pronto podrás experimentar cómo cambia tu estilo de redacción. Yo voy a tratar de ayudarte.

Ante todo, deberías tener claro que escribir bien es importante. Sí, puede parecer una afirmación obvia, pero no siempre nos paramos a pensar sobre ella. Tu forma de hacerlo puede ser tu carta de presentación, un elemento fundamental de tu imagen externa, la voz de tu empresa o marca personal... tanto en un correo electrónico que envíes pidiendo trabajo, como en una comunicación con tus superiores... y por supuesto, en tu blog. Una redacción descuidada podría poner en peligro tu reputación y credibilidad. 

Además, las faltas  de ortografía dificultan la lectura, así como un estilo artificial, farragoso, un lenguaje lleno de florituras, demasiados tecnicismos, frases y párrafos muy largos.... pueden hacer que un lector abandone tu blog en los primeros minutos, nublando los valiosos contenidos que has compartido. Quizá siga buscando y encuentre otro, de la competencia, en el que el lenguaje esté cuidado, favoreciendo una lectura fácil y sencilla; probablemente siga leyendo y llegue a convertirse en un seguidor fiel. Entonces no solo habrás perdido un lector, sino también un cliente potencial. ¿Quieres asumir ese riesgo? Seguramente no.

Si estás comenzando con tu blog; llevas ya un tiempo pero sientes que tu redacción podría ser bastante mejorable; trabajas creando contenidos web, o simplemente te gusta escribir bien, seguramente te interesen mis próximas entradas.

¿Qué opinas de este artículo? ¿Estás de acuerdo con la importancia de una escritura correcta? ¿Te gustaría mejorar?

martes, 10 de enero de 2012

Expresiones con «sustantivo + a + infinitivo»

Voy a abordar esta semana un tema que suele generar bastante confusión.

Las construcciones formadas por «sustantivo + a + infinitivo», calcos del francés que se propagaron en España a finales  del siglo XIX, están cada vez más consolidadas  en ámbitos como el económico (cantidad a ingresar, cantidad a deducir) y el administrativo y periodístico (temas a tratar, problemas a resolver...). Sin embargo, tenemos que tener presente que solo están aceptadas en algunos casos:

Estas construcciones son normales con sustantivos abstractos como asunto, tema, ejemplo, cuestión, aspecto, punto, cantidad, problema y otros similares, así como con verbos del tipo de realizar, ejecutar, tratar, comentar, dilucidar, resolver, tener en cuenta, considerar, ingresar, deducir, desgravar, descontar, etc. (se evita hacer por razones de cacofonía con la preposición a: tareas a hacer). No deben extenderse a otro tipo de enunciados, con otros verbos en infinitivo y con sustantivos que no sean abstractos: Las paredes a tirar estaban destrozadas; Los cuentos a leer se han perdido.

Sin embargo, siempre que la preposición a se pueda sustituir por las preposiciones por o para, o el relativo que, sin que cambie la estructura de la construcción y sin alterar el significado, debe desecharse la construcción galicada: Tenemos dos asuntos a tratar debería ser sustituida por Tenemos dos asuntos que/por tratar; No hay más problemas a resolver, por No hay más problemas para resolver.

No son admisibles con verbos en infinitivo que no sean transitivos, dado que en estas construcciones el infinitivo tiene valor pasivo: por tanto, son incorrectas frases como El lugar a pelear será las Vegas (pues no se dice pelear un lugar, sino en un lugar); La cuestión a hablar en la reunión es de escasa importancia (pues no se dice hablar una cuestión, sino de o sobre una cuestión). Del mismo modo, ya que estas construcciones tienen valor pasivo, el infinitivo debe estar en forma activa,  El tema a ser tratado presenta dificultades sería incorrecta, debiendo ser sustituida por El tema a tratar.

Por último, recordar que se deben evitar cuando su uso sea superfluo y redundante: como las tareas a realizar, puesto que tarea ya es 'algo que hay que hacer'; objetivos a cumplir, o ejemplo a seguir... Pedro es un buen ejemplo a seguir, lo correcto sería, Pedro es un buen ejemplo.